Lee detenidamente y con atención el
siguiente fragmento y responde:
¡Oh, Amor,
Amor! ¡Que no pensé que tenías
fuerza ni poder de matar a tus sirvientes! Herida fue de ti mi juventud,
por medio de tus brasas pasé. ¡Cómo me soltaste,
para darme la paga de la huida en mi
vejez! Bien pensé que de tus lazos me había librado cuando los cuarenta años toqué,
cuando fui contento con mi conyugal
compañera, cuando me vi con el fruto que me cortaste el día de hoy. No pensé que tomabas en los hijos
la venganza de los padres. Ni sé si hieres con hierro, ni si quemas con
fuego: sana dejas la ropa, lastimas el corazón. Haces que feo amen e hermoso
les parezca. ¿Quién te dio tanto poder? ¿Quién te puso nombre que no te
conviene? Si amor fueses, amarías a tus sirvientes; si los amases, no les
darías pena; si alegres viviesen,
no se matarían como agora mi amada hija. ¿En qué pararon tus sirvientes e sus
ministros? La falsa alcahueta Celestina murió a manos de los más fieles
compañeros que ella, para su servicio emponzoñado, jamás halló; ellos murieron
degollados; Calisto, despeñado; mi triste hija quiso tomar la misma muerte por
seguirle. Esto todo causas. Dulce nombre te dieron; amargos hechos haces. (…)
Alegra tu sonido; entristece tu trato. ¡Bienaventurados los que no conociste o
de los que no te curaste! «Dios» te llamaron otros, no sé con qué error de su
sentido traídos. Cata, ¿qué dios mata los que crio? Tú matas los que te
siguen. Enemigo de toda razón, a los que menos te sirven das mayores dones,
hasta tenerlos metidos en tu congojosa danza; enemigo de amigos, amigo de
enemigos. ¿Por qué te riges sin orden ni concierto? Ciego te pintan, pobre e
mozo. Te ponen un arco en la mano, con que tires a tiento; más ciegos son tus
ministros, que jamás sienten ni ven el desabrido galardón que se saca de tu
servicio. Tu fuego es de ardiente rayo, que jamás hace señal cuando llega. La
leña que gasta tu llama son almas e vidas de humanas criaturas; las cuales
son tantas que de quien comenzar pueda, apenas me ocurre.
1.- Contextualización:
-Autor:
- Obra a la que pertenece:
- Fecha primera publicación:
- Autor:
- Género literario.
2.- Preguntas centradas en el fragmento:
a) ¿A quién se
dirige la persona que está hablando? ¿Cómo es descrito ese receptor?
b) ¿Por qué
parece ser un asesino?
c) Explica las
oraciones subrayadas:
3.- Preguntas entorno a la obra:
a) ¿Qué
personajes crees que está hablando? ¿En qué momento de la obra? ¿Por qué lo
deduces?
b) ¿En qué
líneas resume las muertes acaecidas en la historia?
c) ¿Qué
personajes no actúan según las normas morales de la época?
d) ¿Considerarías
a Melibea un personaje plano o redondo?
4.- Estilo. Identifica y explica:
a) Algunos de
los númerosos antónimos (antítesis).
b) Ídem
paralelismos.
c) Hipérbatos.
d) Preguntas
retóricas.
e)
Enumeraciones:
5.- Identifica
en el fragmento alguna oración con predicado nominal y analízala.
6.- Analiza morfológicamente las palabras
destacadas en negrita:
7.- Analiza estos enunciados extraídos:
a) Contenta
por su actitud.
b) Vivía en mi
pueblo contento.
c) Demasiado
cerca de mi casa.
d) La otra
mañana lo encontré demasiado cerca de mi casa
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